La tos ferina, también conocida como pertussis, es una infección bacteriana altamente contagiosa que afecta las vías respiratorias. Es causada por la bacteria Bordetella pertussis y se caracteriza por episodios de tos severa que pueden dificultar la respiración, seguidos de un sonido característico al inhalar (gallido). Aunque puede afectar a personas de todas las edades, es especialmente peligrosa en bebés menores de 6 meses que aún no están completamente vacunados.
Causas
La tos ferina es causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se transmite fácilmente de persona a persona a través de:
- Gotitas respiratorias:
- Cuando una persona infectada tose, estornuda o habla cerca de otra.
- Contacto cercano:
- Convivencia con personas infectadas, especialmente en ambientes cerrados.
Factores de riesgo
- No estar vacunado o no haber recibido los refuerzos necesarios.
- Ser un bebé menor de 6 meses que aún no ha completado su esquema de vacunación.
- Vivir en comunidades con bajas tasas de inmunización.
Signos y síntomas
Los síntomas de la tos ferina suelen desarrollarse en tres etapas:
- Fase catarral (1-2 semanas):
- Síntomas similares a un resfriado común: fiebre leve, secreción nasal y tos seca ocasional.
- La tos comienza a empeorar gradualmente.
- Fase paroxística (2-6 semanas):
- Episodios severos de tos (paroxismos) que pueden durar varios minutos.
- Tos tan intensa que puede provocar vómitos, enrojecimiento facial o dificultad para respirar.
- Sonido característico al inhalar tras los episodios de tos («gallido» o «whoop»).
- Fase de convalecencia (semanas o meses):
- La tos disminuye en frecuencia e intensidad, pero puede persistir durante varias semanas.
Complicaciones de la Tos Ferina
Aunque muchas personas se recuperan sin problemas, la tos ferina puede causar complicaciones graves, especialmente en bebés y personas mayores:
- En bebés:
- Neumonía, la complicación más común y grave.
- Convulsiones debido a la falta de oxígeno durante los episodios de tos.
- Encefalopatía (daño cerebral) en casos muy graves.
- En adultos:
- Fatiga extrema debido a los episodios de tos persistentes.
- Lesiones como fracturas de costillas por la fuerza de la tos.
¿Cuándo buscar atención médica?
Busca atención médica si:
- Tú o tu hijo tienen episodios de tos persistente que dificultan la respiración o causan vómitos.
- Escuchas un sonido característico («gallido») al inhalar después de la tos.
- Eres un adulto con síntomas prolongados de tos intensa que no mejora con tratamientos comunes.
Tratamiento
El tratamiento de la tos ferina incluye:
- Antibióticos:
- Eritromicina, azitromicina o claritromicina, que ayudan a reducir la severidad de la infección y prevenir su propagación.
- Son más efectivos si se administran en la etapa inicial de la enfermedad.
- Hospitalización:
- Es necesaria en casos graves, especialmente en bebés, para monitorear la respiración y prevenir complicaciones.
- Cuidado de soporte:
- Hidratación adecuada para prevenir la deshidratación.
- Mantener el ambiente libre de irritantes como humo o polvo.
- Aislamiento:
- Para evitar la propagación, las personas infectadas deben permanecer aisladas hasta completar al menos 5 días de tratamiento con antibióticos.
Prevención
- Vacunación:
- La vacuna DTP (difteria, tétanos y pertussis) es la forma más eficaz de prevenir la tos ferina.
- Esquema: Se administra en la infancia con refuerzos en la adolescencia y en adultos.
- Vacunación materna:
- Las mujeres embarazadas deben vacunarse en cada embarazo para proteger al bebé durante los primeros meses de vida.
- Evitar el contacto con personas infectadas:
- Aislar a las personas con síntomas y practicar medidas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia.
Consejos para el manejo diario
- Mantén la calma durante los episodios de tos y permite que la persona afectada respire lentamente después.
- Evita el humo de cigarrillos u otros irritantes que puedan desencadenar más tos.
- Asegúrate de que los niños completen su esquema de vacunación a tiempo.