La sordera congénita es la pérdida auditiva presente desde el nacimiento. Puede variar desde una pérdida leve hasta una sordera profunda y afecta la capacidad de escuchar sonidos. Es una de las discapacidades sensoriales más comunes en recién nacidos y, aunque no tiene cura en muchos casos, existen herramientas y terapias que permiten a los niños desarrollar el lenguaje y comunicarse.
Causas de la sordera congénita
La sordera congénita puede tener causas genéticas, ambientales o una combinación de ambas. Algunas de las más comunes incluyen:
- Causas genéticas:
- Representan hasta el 50% de los casos.
- Pueden ser hereditarias (transmitidas por los padres) o causadas por mutaciones espontáneas.
- Algunas condiciones genéticas que causan sordera incluyen el síndrome de Usher, el síndrome de Waardenburg y el síndrome de Alport.
- Factores no genéticos:
- Infecciones durante el embarazo: Rubéola, citomegalovirus, sífilis, toxoplasmosis o herpes pueden dañar el desarrollo auditivo del feto.
- Complicaciones en el parto: Falta de oxígeno (hipoxia), nacimiento prematuro o bajo peso al nacer.
- Exposición a sustancias tóxicas: Consumo de alcohol, drogas o ciertos medicamentos durante el embarazo.
- Combinación de factores:
- Algunos casos de sordera congénita pueden ser el resultado de la interacción entre predisposición genética y factores ambientales.
Signos y síntomas
Los bebés con sordera congénita muestran signos desde muy temprano, aunque a veces los padres tardan en notarlos. Entre los principales síntomas están:
- En los primeros meses:
- Falta de respuesta a sonidos fuertes o repentinos.
- Ausencia de balbuceo o sonidos vocales al alcanzar los 4 a 6 meses.
- A partir de los 6 meses:
- No giran la cabeza hacia la fuente de sonidos.
- No reconocen el nombre cuando se les llama.
- A partir de 1 año:
- No intentan imitar palabras ni sonidos.
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
Es importante realizar pruebas auditivas en recién nacidos para detectar esta condición lo antes posible, incluso antes de que los síntomas sean evidentes.
¿Cuándo visitar al médico?
Consulta al médico si:
- Tu bebé no pasa la prueba auditiva neonatal.
- Observas signos de falta de respuesta a sonidos o retrasos en el desarrollo del lenguaje.
- Hay antecedentes familiares de sordera o infecciones durante el embarazo.
Un diagnóstico temprano mediante pruebas como la otoemisión acústica o potenciales evocados auditivos puede marcar una gran diferencia en el manejo de la condición.
Tratamiento y manejo
Aunque la sordera congénita no siempre es reversible, existen estrategias efectivas para ayudar a los niños a desarrollarse y comunicarse.
- Dispositivos de apoyo:
- Audífonos: Amplifican los sonidos para mejorar la percepción auditiva en pérdidas leves o moderadas.
- Implantes cocleares: Para sordera profunda, estos dispositivos estimulan directamente el nervio auditivo.
- Intervención temprana:
- Programas de estimulación auditiva y del lenguaje adaptados a las necesidades del niño.
- Terapia del habla y del lenguaje para desarrollar habilidades comunicativas.
- Educación inclusiva:
- Escolas adaptadas con programas de enseñanza para niños con pérdida auditiva.
- Enseñanza del lenguaje de señas, una herramienta clave para la comunicación efectiva.
- Apoyo familiar:
- Grupos de apoyo para padres de niños con sordera.
- Educación sobre la condición para crear un entorno inclusivo y estimulante en casa.
Prevención
Aunque no todos los casos son prevenibles, puedes tomar medidas para reducir el riesgo:
- Realizar controles prenatales regulares.
- Vacunarse contra infecciones como la rubéola antes del embarazo.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y medicamentos sin prescripción durante la gestación.
- Tratar oportunamente cualquier infección durante el embarazo.