Retinopatía Diabética

La retinopatía diabética es una complicación ocular de la diabetes que afecta los vasos sanguíneos de la retina, la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Con el tiempo, el exceso de azúcar en la sangre daña estos vasos, lo que puede provocar pérdida de visión e incluso ceguera si no se trata. Es una de las principales causas de discapacidad visual en adultos.

Causas

La retinopatía diabética ocurre como resultado del daño acumulado en los vasos sanguíneos de la retina debido a niveles elevados de glucosa en sangre. Entre los principales factores de riesgo están:

  1. Control deficiente de la diabetes:
    • Altos niveles de azúcar en sangre durante períodos prolongados.
  2. Duración de la diabetes:
    • Cuanto más tiempo una persona vive con diabetes, mayor es el riesgo.
  3. Hipertensión arterial:
    • La presión arterial alta puede acelerar el daño a los vasos sanguíneos.
  4. Colesterol alto:
    • Contribuye a la formación de depósitos grasos en los vasos, afectando el flujo sanguíneo en la retina.
  5. Otros factores:
    • Fumar, embarazo, obesidad y antecedentes familiares de retinopatía.

Tipos de Retinopatía Diabética

La enfermedad progresa en etapas, que incluyen:

  1. Retinopatía diabética no proliferativa (RDNP):
    • Etapa inicial, caracterizada por microaneurismas (pequeñas protuberancias en los vasos sanguíneos), hemorragias, y exudados (depósitos de grasa o proteínas).
    • Generalmente asintomática en esta fase.
  2. Retinopatía diabética proliferativa (RDP):
    • Etapa avanzada, donde se forman nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina.
    • Estos vasos son frágiles y pueden sangrar, causando pérdida severa de visión o desprendimiento de retina.

Signos y síntomas médicos

En las primeras etapas, la retinopatía diabética puede no causar síntomas perceptibles. A medida que avanza, los síntomas incluyen:

  1. Problemas de visión:
    • Visión borrosa o fluctuante.
    • Dificultad para ver de noche o leer.
  2. Manchas o «moscas volantes»:
    • Aparición de puntos oscuros o líneas flotantes en el campo visual.
  3. Pérdida de visión central o periférica:
    • En casos avanzados, puede ser parcial o total.
  4. Hemorragias vítreas:
    • Sangrado dentro del ojo que puede oscurecer la visión.

Es importante realizar chequeos regulares, incluso si no se presentan síntomas.

¿Cuándo visitar al médico?

Se debe consultar a un oftalmólogo si:

  • Hay un diagnóstico previo de diabetes, incluso sin problemas visuales aparentes.
  • Se experimentan cambios repentinos en la visión.
  • Aparecen manchas negras, destellos de luz o pérdida súbita de la visión.

Un control regular es esencial, especialmente para quienes han vivido con diabetes durante varios años o tienen factores de riesgo adicionales.

Diagnóstico

El diagnóstico de la retinopatía diabética incluye:

  1. Examen ocular completo:
    • Dilatación pupilar para evaluar la retina y los vasos sanguíneos.
  2. Fotografía de fondo de ojo:
    • Imágenes detalladas de la retina para detectar daños.
  3. Tomografía de coherencia óptica (OCT):
    • Permite evaluar el grosor de la retina y detectar acumulación de líquido.
  4. Angiografía con fluoresceína:
    • Identifica vasos sanguíneos dañados o anormales mediante un colorante inyectado en el brazo.

Tratamiento

El tratamiento depende de la etapa de la enfermedad y la gravedad del daño:

  1. En etapas tempranas:
    • Control estricto de los niveles de azúcar en sangre, presión arterial y colesterol para ralentizar la progresión.
  2. En etapas avanzadas:
    • Fotocoagulación con láser: Sella vasos sanguíneos dañados y reduce el riesgo de hemorragias.
    • Inyecciones intravítreas: Medicamentos como anti-VEGF (ej. ranibizumab, bevacizumab) para reducir el crecimiento de nuevos vasos y la inflamación.
    • Vitrectomía: Cirugía para eliminar sangre o tejido cicatricial del interior del ojo en casos graves.

Prevención

  • Controlar la diabetes: Mantener niveles estables de glucosa en sangre.
  • Revisiones regulares: Realizar exámenes oculares anuales, incluso sin síntomas.
  • Controlar otros factores de riesgo: Mantener una presión arterial y colesterol saludables.
  • Estilo de vida saludable: Comer equilibradamente, hacer ejercicio regularmente, no fumar y evitar el alcohol en exceso.

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