Poliomielitis

La poliomielitis, conocida comúnmente como polio, es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el poliovirus. Este virus ataca el sistema nervioso y puede provocar parálisis permanente en algunos casos. Aunque muchas infecciones son asintomáticas, las formas graves de polio pueden ser mortales. La polio está casi erradicada gracias a las campañas de vacunación global.

Causas

La polio es causada por el poliovirus, que se transmite principalmente a través de:

  1. Vía fecal-oral:
    • Ingestión de alimentos o agua contaminados con heces que contienen el virus.
  2. Contacto directo:
    • A través de la saliva o secreciones de la nariz y garganta de una persona infectada.

Factores de riesgo

  • No estar vacunado contra la polio.
  • Vivir en áreas con malas condiciones sanitarias.
  • Viajar a regiones donde la polio aún no está erradicada.
  • Contacto cercano con una persona infectada.

Signos y síntomas

La poliomielitis tiene varias formas clínicas que varían en gravedad:

  1. Poliomielitis no paralítica (leve):
    • Fiebre.
    • Fatiga y dolor de cabeza.
    • Dolor de garganta.
    • Dolor muscular o rigidez en la espalda y cuello.
  2. Poliomielitis paralítica (grave):
    • Pérdida de reflejos.
    • Debilidad muscular repentina (generalmente en las piernas).
    • Parálisis flácida que puede ser temporal o permanente.
  3. Síndrome post-polio (años después de la infección):
    • Fatiga progresiva.
    • Debilidad muscular.
    • Dolor articular.

Complicaciones

  1. Parálisis permanente:
    • Ocurre en menos del 1% de las infecciones, pero puede ser incapacitante.
  2. Problemas respiratorios:
    • Si los músculos del diafragma están afectados, puede ser necesaria ventilación asistida.
  3. Deformidades:
    • En casos graves, puede provocar malformaciones en extremidades debido a la debilidad muscular.
  4. Muerte:
    • En casos graves, la parálisis de los músculos respiratorios puede ser fatal.

¿Cuándo buscar atención médica?

Debes buscar atención inmediata si tú o un ser querido presentan:

  • Síntomas de debilidad muscular repentina.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor intenso o rigidez en el cuello y espalda junto con fiebre.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para curar la poliomielitis. El manejo se centra en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones:

  1. Cuidados de soporte:
    • Reposo y manejo del dolor con analgésicos.
    • Fisioterapia para mantener la movilidad y prevenir deformidades.
  2. Asistencia respiratoria:
    • En casos de dificultad respiratoria, puede ser necesario el uso de un ventilador.
  3. Atención especializada:
    • Terapias de rehabilitación para maximizar la función muscular en casos de parálisis.

Prevención

La prevención es la clave para erradicar la poliomielitis:

  1. Vacunación:
    • Vacuna inactivada contra la polio (IPV): Se administra mediante inyección.
    • Vacuna oral contra la polio (OPV): Usada en campañas masivas en países en desarrollo.
    • Ambas vacunas son altamente efectivas y seguras.
  2. Higiene adecuada:
    • Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
    • Consumo de alimentos y agua potable en condiciones higiénicas.
  3. Cobertura vacunal completa:
    • Asegúrate de que los niños reciban todas las dosis de la vacuna según el calendario de inmunización.

Consejos para el manejo diario

  • Mantén una buena higiene personal y alimentaria para reducir el riesgo de exposición.
  • Promueve la vacunación en tu comunidad para prevenir brotes.
  • Consulta regularmente con un médico si experimentas debilidad o fatiga persistente, especialmente si tuviste polio en el pasado.

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