La lumbalgia crónica es el dolor persistente en la parte baja de la espalda que dura más de 12 semanas, incluso después de tratar la causa inicial. Es una condición debilitante que puede afectar la movilidad, el sueño y la calidad de vida de quienes la padecen. Puede estar asociada a problemas estructurales de la columna vertebral, enfermedades subyacentes o factores psicológicos.
Causas
La lumbalgia crónica puede deberse a varias razones, entre las más comunes se incluyen:
- Degeneración de discos intervertebrales: Desgaste natural debido al envejecimiento.
- Hernia discal: Cuando un disco comprimido irrita un nervio cercano.
- Artrosis: Degeneración de las articulaciones vertebrales.
- Estenosis espinal: Estrechamiento del canal espinal que ejerce presión sobre los nervios.
- Escoliosis o deformidades de la columna: Alteraciones en la alineación vertebral.
- Problemas musculares: Tensión crónica o debilidad en los músculos de la espalda.
- Factores adicionales:
- Sedentarismo o falta de ejercicio.
- Sobrepeso, que aumenta la presión sobre la columna.
- Factores psicológicos, como estrés, ansiedad o depresión.
Signos y síntomas médicos
- Dolor constante en la parte baja de la espalda, que puede empeorar con ciertas actividades o posturas.
- Rigidez matutina que mejora con el movimiento.
- Dificultad para realizar tareas cotidianas como agacharse o levantarse.
- En algunos casos, el dolor puede irradiarse hacia las nalgas, piernas o pies (ciática).
- Alteraciones en el sueño debido al dolor.
- Sensación de debilidad o fatiga en la espalda.
¿Cuándo visitar al médico?
Consulta a un médico si:
- El dolor persiste por más de 3 meses y afecta tu calidad de vida.
- Tienes dificultad para caminar o realizar actividades diarias.
- Experimentas dolor que se irradia a las piernas, acompañado de entumecimiento o debilidad.
- Presentas pérdida de control de esfínteres o entumecimiento en la región genital (signos de emergencia).
- El dolor empeora durante la noche o viene acompañado de fiebre, pérdida de peso o inflamación.
Tratamiento
El manejo de la lumbalgia crónica se centra en aliviar el dolor, mejorar la función y prevenir el deterioro. Incluye:
1. Medicamentos:
- Analgésicos: Paracetamol o AINEs (ibuprofeno, naproxeno) para reducir el dolor y la inflamación.
- Relajantes musculares para aliviar espasmos.
- Antidepresivos o anticonvulsivos para el dolor neuropático.
2. Terapias físicas:
- Fisioterapia: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la flexibilidad.
- Masajes terapéuticos y técnicas de manipulación espinal.
- Hidroterapia y yoga para aliviar el dolor y aumentar la movilidad.
3. Cambios en el estilo de vida:
- Mantener una postura adecuada al sentarse, caminar o levantar objetos.
- Realizar ejercicio moderado y regular, como caminar, nadar o practicar pilates.
- Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre la columna.
4. Terapias complementarias:
- Acupuntura y técnicas de relajación como la meditación para reducir el estrés asociado al dolor crónico.
5. Tratamientos invasivos:
- Inyecciones epidurales de esteroides para aliviar el dolor severo.
- Cirugía en casos extremos, como hernias discales graves o estenosis espinal avanzada que no responden al tratamiento conservador.
El tratamiento suele ser multidisciplinario, y un seguimiento constante es clave para mejorar la calidad de vida del paciente.