
Vivir o vacacionar en lugares con alta radiación solar puede traer beneficios como disfrutar del aire libre y mantener niveles adecuados de vitamina D. Sin embargo, también representa un riesgo importante para la salud de la piel, ya que la exposición excesiva al sol sin protección puede causar daños como envejecimiento prematuro, manchas, quemaduras y, en casos graves, cáncer de piel.
Por eso, es fundamental adoptar una rutina de cuidado adecuada que proteja la piel, especialmente si vives en zonas con alta incidencia de rayos ultravioleta (UV)
1. Usa protector solar todos los días El protector solar debe aplicarse incluso en días nublados o cuando estés en interiores cerca de ventanas. Elige un producto con factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y que proteja contra rayos UVA y UVB. Aplícalo 20 a 30 minutos antes de salir al sol y reaplica cada 2 horas, o antes si sudas o te bañas.
2. Cubre tu piel con ropa adecuada Usar prendas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV es clave para minimizar la exposición directa. Hoy en día existen tejidos con protección solar incorporada (UPF) que son ideales para estas condiciones.
3. Evita el sol en las horas más intensas Los rayos UV son más fuertes entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Si es posible, limita tus actividades al aire libre durante ese periodo o busca siempre la sombra.
4. Hidrata tu piel diariamente La exposición solar puede resecar la piel. Usa cremas hidratantes adecuadas a tu tipo de piel, preferiblemente con ingredientes calmantes como aloe vera, ácido hialurónico o glicerina.
5. Bebe suficiente agua Una piel bien hidratada comienza desde dentro. Beber agua frecuentemente ayuda a mantener la elasticidad y salud cutánea, sobre todo en climas calurosos y secos.
6. Revisa tu piel regularmente Observa tu piel para detectar lunares, manchas nuevas o cambios en los existentes. Ante cualquier alteración sospechosa, consulta con un dermatólogo. Detectar cambios a tiempo es fundamental para prevenir problemas graves.
7. Cuida la piel de los niños y personas mayores Ellos son más vulnerables a los daños solares. Usa protector solar especialmente formulado para niños y viste a los pequeños con ropa ligera pero que cubra bien. En personas mayores, la piel es más fina y requiere atención especial.
8. No uses camas solares La radiación artificial también daña la piel. Las camas de bronceado aumentan el riesgo de cáncer de piel y envejecimiento prematuro.