Definición breve
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una afección respiratoria progresiva que dificulta la entrada y salida de aire de los pulmones. Engloba dos condiciones principales: la bronquitis crónica, caracterizada por tos persistente con producción de moco, y el enfisema, que daña los alvéolos pulmonares, reduciendo la capacidad de oxigenación.
Causas
- Tabaquismo: Es la causa más común; el humo del tabaco irrita y daña los pulmones.
- Exposición a contaminantes: Incluye humo de leña, productos químicos y polución ambiental.
- Factores genéticos: Algunas personas tienen una predisposición genética, como la deficiencia de alfa-1-antitripsina, una proteína que protege los pulmones.
- Infecciones recurrentes en la infancia: Pueden debilitar los pulmones y aumentar el riesgo.
Las principales causas de la EPOC incluyen:
Signos y síntomas médicos
Los síntomas suelen desarrollarse lentamente y pueden incluir:
- Dificultad para respirar (especialmente al realizar actividades físicas).
- Tos crónica con producción de moco.
- Sibilancias (sonidos agudos al respirar).
- Sensación de opresión en el pecho.
- Fatiga constante.
- En casos avanzados: pérdida de peso, cianosis (coloración azulada en labios y uñas) y exacerbaciones frecuentes.
¿Cuándo visitar al médico?
Consulta a un médico si:
- Tienes dificultad para respirar persistente.
- Experimentas una tos crónica que no desaparece o produce moco.
- Notas un empeoramiento repentino de los síntomas, como mayor dificultad para respirar o fiebre alta, lo que podría indicar una infección.
- Fumas o has estado expuesto a factores de riesgo, incluso si los síntomas son leves.
Un diagnóstico temprano puede ayudarte a controlar la progresión de la enfermedad y mejorar tu calidad de vida.
Tratamiento
Aunque la EPOC no tiene cura, el tratamiento puede aliviar los síntomas y ralentizar su avance:
- Evitar el tabaco: Dejar de fumar es fundamental.
- Medicamentos: Incluyen broncodilatadores, corticosteroides inhalados y medicamentos para reducir la inflamación.
- Rehabilitación pulmonar: Programas de ejercicio y educación para mejorar la capacidad pulmonar y la resistencia.
- Oxígeno suplementario: Para pacientes con niveles bajos de oxígeno en sangre.
- Cirugía: En casos graves, se pueden considerar opciones como la cirugía de reducción de volumen pulmonar o un trasplante de pulmón.
Además, mantenerse vacunado contra la gripe y la neumonía puede prevenir complicaciones.