Dermatitis Atópica (Eccema)

La dermatitis atópica, conocida comúnmente como eccema, es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que causa enrojecimiento, picazón y sequedad. Es más común en niños, pero también puede afectar a adultos. Aunque no es contagiosa, puede ser muy incómoda y afectar la calidad de vida. Suele presentarse en brotes que alternan con periodos de mejoría.

Causas

La causa exacta de la dermatitis atópica no se conoce, pero es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y del sistema inmunológico. Entre las principales causas y desencadenantes están:

  1. Genética:
    • Personas con antecedentes familiares de alergias, asma o rinitis alérgica tienen mayor riesgo.
  2. Disfunción de la barrera cutánea:
    • La piel pierde su capacidad de retener agua y protegerse de irritantes, alérgenos y microbios.
  3. Sistema inmunológico hiperactivo:
    • Responde de manera exagerada a ciertos estímulos, causando inflamación.
  4. Factores ambientales:
    • Cambios climáticos (frío o calor extremo).
    • Exposición a alérgenos como ácaros, polvo o polen.
    • Irritantes como jabones fuertes, perfumes y productos químicos.
  5. Factores emocionales:
    • El estrés puede empeorar los brotes.

Signos y síntomas

Los síntomas de la dermatitis atópica varían según la persona y la gravedad, pero los más comunes incluyen:

  1. Sequedad de la piel:
    • La piel se siente áspera, tirante y deshidratada.
  2. Picazón intensa:
    • Puede ser constante y empeorar por la noche, provocando rascado que agrava la irritación.
  3. Enrojecimiento e inflamación:
    • Áreas de piel enrojecida, sensible y caliente al tacto.
  4. Lesiones en la piel:
    • Aparecen pequeñas ampollas que pueden supurar y formar costras.
    • En casos crónicos, la piel puede engrosarse y mostrar líneas profundas debido al rascado constante (liquenificación).
  5. Localización frecuente:
    • En bebés: Cara, cuero cabelludo y pliegues de las extremidades.
    • En niños mayores y adultos: Cuello, muñecas, tobillos y áreas detrás de las rodillas o codos.

¿Cuándo visitar al médico?

Consulta a un médico si:

  1. La picazón y el enrojecimiento interfieren con el sueño o las actividades diarias.
  2. La piel está tan dañada que hay riesgo de infecciones (supuración, dolor, hinchazón o fiebre).
  3. Los tratamientos habituales no alivian los síntomas.
  4. Aparecen brotes frecuentes y severos que afectan tu calidad de vida.

Un diagnóstico adecuado es fundamental para identificar las causas y personalizar el tratamiento.

Tratamiento

Aunque no existe una cura definitiva, la dermatitis atópica puede manejarse para reducir los síntomas y prevenir brotes. El tratamiento incluye:

1. Cuidado de la piel:

  • Hidratación: Aplicar cremas emolientes o hidratantes varias veces al día, especialmente después del baño.
  • Baños cortos y tibios: Evitar el agua caliente y jabones agresivos; usar limpiadores suaves.

2. Medicamentos tópicos:

  • Corticoides tópicos: Reducen la inflamación y alivian los síntomas durante los brotes.
  • Inhibidores de calcineurina (como tacrolimus): Alternativa para áreas sensibles como la cara.

3. Tratamientos orales:

  • Antihistamínicos: Ayudan a controlar la picazón, especialmente por la noche.
  • Corticoides orales o inmunosupresores: Para casos severos bajo supervisión médica.

4. Terapias avanzadas:

  • Fototerapia: Uso controlado de luz ultravioleta para reducir la inflamación.
  • Biológicos (dupilumab): Tratamiento para casos graves que no responden a otras opciones.

5. Identificación y manejo de desencadenantes:

  • Evitar alérgenos, irritantes y situaciones que agraven la piel.

Prevención

Para reducir la frecuencia e intensidad de los brotes:

  1. Hidratación constante:
    • Usa cremas o ungüentos adecuados para mantener la piel hidratada.
  2. Evita los irritantes:
    • Usa ropa de algodón en lugar de lana o telas sintéticas.
    • Lava tu ropa con detergentes suaves.
  3. Controla el ambiente:
    • Mantén un nivel adecuado de humedad en el hogar.
    • Reduce la exposición a alérgenos.
  4. Cuida tu alimentación y emociones:
    • Identifica alimentos o factores emocionales que puedan desencadenar brotes.

La dermatitis atópica puede ser un desafío, pero con el cuidado adecuado, es posible controlar los síntomas y llevar una vida normal. Consulta siempre a un médico para recibir el tratamiento más adecuado a tu caso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *