Choque (shock)

1. Descripción general

El choque (también llamado shock) es una emergencia médica grave en la que el cuerpo no recibe suficiente flujo sanguíneo y oxígeno para mantener sus funciones vitales. Puede afectar al corazón, al cerebro, a los riñones y a otros órganos, y si no se trata rápidamente, puede ser potencialmente mortal.

Existen varios tipos de choque, según su causa:

  • Choque hipovolémico: por pérdida importante de sangre o líquidos.
  • Choque séptico: por una infección grave que afecta todo el cuerpo.
  • Choque cardiogénico: cuando el corazón falla y no puede bombear adecuadamente.
  • Choque anafiláctico: reacción alérgica grave y generalizada.
  • Choque neurogénico: por daño en el sistema nervioso (ej. lesión medular).

Todos los tipos de choque requieren atención inmediata en urgencias o UCI.

2. Tratamiento

El tratamiento se administra en el hospital y depende del tipo de choque, pero en general incluye:

  • Oxígeno: para asegurar una buena oxigenación de los tejidos.
  • Líquidos intravenosos (suero): para mejorar la presión arterial y la circulación.
  • Medicamentos para mantener la presión (vasopresores), controlar la infección (antibióticos) o tratar la causa específica (adrenalina en anafilaxia, diuréticos en fallo cardíaco).
  • Transfusión de sangre, si la causa es una hemorragia.
  • Cirugía urgente, si hay una hemorragia interna, perforación o se requiere drenaje de abscesos.

En casa no hay tratamiento posible. Ante cualquier sospecha de choque, se debe llamar a emergencias (911) o acudir inmediatamente al hospital.

3. Investigaciones adicionales

Para confirmar el diagnóstico y determinar la causa del choque, el equipo médico puede realizar:

  • Electrocardiograma (ECG): para evaluar el ritmo cardíaco.
  • Análisis de sangre urgentes: gases en sangre, lactato, función renal, hemograma, marcadores de infección, pruebas de coagulación.
  • Radiografía de tórax: si se sospecha neumonía, insuficiencia cardíaca o derrame pleural.
  • Ecografía cardíaca y abdominal: para evaluar el corazón, vasos sanguíneos, hemorragias internas o acumulación de líquidos.
  • Cultivos de sangre, orina u otros: si se sospecha infección grave.

Tomografía (TC): en caso de traumatismos, sospecha de embolia, hemorragia interna o infecciones profundas.

4. Ecografía

Es una herramienta clave en urgencias y puede realizarse junto a la cama del paciente para:

  • Valorar la función del corazón (ecocardiograma)
  • Detectar líquido libre en el abdomen o tórax
  • Observar dilatación de grandes vasos o aneurismas

Guiar procedimientos (colocación de accesos venosos o drenajes)

5. Tomografía computarizada (TC)

Muy útil cuando el paciente está estable y se necesita un diagnóstico preciso de la causa:

  • Hemorragias internas
  • Tromboembolismo pulmonar
  • Sepsis abdominal o pélvica
  • Traumatismos complejos

Puede requerir contraste intravenoso para obtener imágenes más detalladas.

6. Resonancia magnética (RM)

No se utiliza en el contexto agudo de choque, ya que requiere más tiempo y el paciente debe estar estable. Solo se realiza en fases posteriores si es necesario estudiar el cerebro, médula espinal u otras estructuras en profundidad.

¡Cuándo buscar asesoramiento urgente!

Llama inmediatamente al 911 o acude a urgencias si tú o alguien más presenta:

  • Palidez intensa o piel fría y sudorosa
  • Pulso rápido y débil
  • Respiración rápida o dificultad para respirar
  • Confusión, somnolencia o pérdida de conciencia
  • Presión arterial baja
  • Dolor torácico o sensación de desmayo
  • Fiebre alta con escalofríos, vómitos o debilidad extrema

Reacción alérgica con hinchazón y dificultad para respirar

Cláusula de responsabilidad

Esta información es educativa y no sustituye la atención médica urgente. El shock es una emergencia vital que requiere tratamiento inmediato en un hospital. Si sospechas que alguien está en choque, actúa con rapidez: cada minuto cuenta.

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