Neuralgia del Trigémino

La neuralgia del trigémino es una afección crónica que afecta al nervio trigémino, el cual transmite las sensaciones del rostro al cerebro. Esta condición provoca episodios de dolor facial severo, como descargas eléctricas o punzadas intensas, generalmente en un solo lado de la cara. Es más común en personas mayores de 50 años, aunque puede presentarse en cualquier edad. El dolor puede durar desde unos segundos hasta varios minutos y puede repetirse múltiples veces al día.

¿Cómo comprobar los signos y síntomas de la neuralgia del trigémino?

Para saber si se trata de neuralgia del trigémino, se deben observar los siguientes síntomas:

  • Dolor intenso, agudo y punzante, similar a una descarga eléctrica.
  • Afecta comúnmente la mejilla, mandíbula, dientes, encías o labios, casi siempre en un solo lado del rostro.
  • Los ataques pueden desencadenarse por actividades simples como lavarse la cara, afeitarse, hablar, sonreír o incluso con una brisa suave.
  • Dolor que aparece de forma repentina y desaparece, dejando a la persona sin dolor entre los episodios.
  • En algunos casos, puede haber una sensación de ardor o molestia continua en la zona afectada.

Es importante diferenciarla de otros problemas faciales como migrañas, dolores dentales o sinusitis, ya que el patrón de la neuralgia del trigémino es muy característico.

Que hacer y que no hacer para aliviar los síntomas

Qué hacer:

  • Acudir a un neurólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento preciso.
  • Tomar los medicamentos recetados de forma regular, incluso si no hay dolor en el momento.
  • Usar paños tibios en la cara para aliviar molestias leves.
  • Mantener un registro de los desencadenantes y evitar situaciones que agraven el dolor.
  • Cuidar la salud bucal y realizar visitas regulares al odontólogo para descartar otras causas.

Qué no hacer:

  • No automedicarse con analgésicos comunes, ya que generalmente no son efectivos para este tipo de dolor.
  • Evitar el consumo excesivo de café o alcohol, que pueden aumentar la sensibilidad nerviosa.
  • No aplicar frío en exceso en la zona afectada, ya que puede desencadenar más dolor.
  • No dejar de tomar el tratamiento sin antes consultar con el médico, aunque el dolor desaparezca.

Causas comunes de la neuralgia del trigémino

Las causas más frecuentes de neuralgia del trigémino incluyen:

  • Compresión del nervio trigémino por una arteria o vena, que interfiere con su funcionamiento normal.
  • Esclerosis múltiple: en algunos casos, esta enfermedad puede afectar el nervio trigémino.
  • Tumores o lesiones cerebrales que presionan el nervio.
  • Traumatismos faciales o intervenciones dentales previas.
  • En muchos casos, la causa exacta no se puede identificar (neuralgia idiopática).

Posible tratamiento para la neuralgia del trigémino

El tratamiento debe ser supervisado por un especialista y puede incluir:

  • Medicamentos anticonvulsivos, como la carbamazepina, que ayudan a estabilizar la actividad del nervio.
  • Relajantes musculares o antidepresivos en algunos casos.
  • Inyecciones de toxina botulínica que pueden reducir el dolor.
  • Cirugía, en casos resistentes a medicamentos:
    • Descompresión microvascular (para separar el vaso sanguíneo del nervio).
    • Rizotomía (intervenciones que dañan intencionalmente las fibras del nervio para detener el dolor).
  • Terapias complementarias, como acupuntura o fisioterapia, pueden usarse como apoyo, pero no reemplazan al tratamiento médico.

¿Cuándo ir al médico?

Es recomendable acudir al médico si:

  • El dolor facial es intenso, recurrente y de aparición súbita.
  • El dolor no mejora con analgésicos comunes.
  • Interfiere con actividades diarias como comer, hablar o lavarse la cara.
  • Se presenta debilidad, pérdida de sensibilidad u otros síntomas neurológicos.
  • Ya se tiene un diagnóstico y el tratamiento ha dejado de funcionar.

El médico de familia puede hacer una primera evaluación, pero el diagnóstico definitivo y el tratamiento deben ser guiados por un neurólogo. A veces se requiere una resonancia magnética para descartar causas estructurales.

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