La sarcoidosis pulmonar es una enfermedad inflamatoria crónica de causa desconocida en la que se forman granulomas (acumulaciones anormales de células inmunes) en los pulmones y ganglios linfáticos cercanos. Estos granulomas pueden interferir con la función pulmonar y, con el tiempo, causar fibrosis pulmonar, si no se trata adecuadamente.
Afecta principalmente a adultos jóvenes entre 20 y 40 años y es más común en mujeres. Aunque puede afectar otros órganos, los pulmones son los más frecuentemente comprometidos.
¿Cómo comprobar los signos y síntomas de la sarcoidosis pulmonar?
En muchos casos, la sarcoidosis pulmonar no presenta síntomas y se detecta de forma incidental en una radiografía de tórax. Cuando hay síntomas, los más comunes son:
- Tos seca persistente, sin causa aparente.
- Dificultad para respirar (disnea) al hacer esfuerzos leves.
- Fatiga constante, que no mejora con el descanso.
- Dolor o presión en el pecho.
- Pérdida de peso o fiebre leve, en casos más avanzados.
- Inflamación de ganglios en el cuello o axilas, en algunos pacientes.
En casos raros, puede haber ojos rojos, manchas en la piel o dolor en las articulaciones, lo que indica afectación de otros órganos.
Causas comunes de la sarcoidosis pulmonar
La causa exacta de la sarcoidosis es desconocida, pero se cree que hay una combinación de:
- Factores genéticos, que predisponen a una respuesta inmunológica anormal.
- Factores ambientales, como exposición a polvo, moho o ciertos agentes químicos.
- Respuesta exagerada del sistema inmune, que genera inflamación sin una infección real.
No es contagiosa ni está relacionada con el tabaquismo. Aunque no hay un agente infeccioso claro, algunos estudios han investigado bacterias o virus como posibles desencadenantes, sin resultados concluyentes.
Que hacer y que no hacer para aliviar los síntomas
Cosas que SÍ debes hacer:
- Consultar al médico si tienes tos persistente o dificultad para respirar sin causa aparente.
- Realizar estudios de control, como radiografías, tomografía o pruebas de función pulmonar.
- Seguir el tratamiento farmacológico indicado, si es necesario.
- Adoptar un estilo de vida saludable, con ejercicio suave, buena hidratación y descanso.
- Evitar la exposición a irritantes, como polvo, humo, químicos o contaminación.
Cosas que NO debes hacer:
- No automedicarte con corticoides u otros fármacos sin prescripción.
- No ignorar los síntomas prolongados, aunque parezcan leves.
- Evitar fumar o exponerte al humo del tabaco, ya que agrava la función pulmonar.
- No interrumpir el seguimiento médico, aunque te sientas mejor.
El control regular es clave para evitar que la inflamación evolucione a fibrosis.
Posible tratamiento para la sarcoidosis pulmonar
No todos los casos requieren tratamiento inmediato. Muchos pacientes mejoran por sí solos, pero otros necesitan tratamiento si hay síntomas o riesgo de daño pulmonar:
- Observación médica:
- En casos leves o sin síntomas, solo se requiere seguimiento regular.
- Corticoides orales (como prednisona):
- Son el tratamiento principal para reducir la inflamación.
- Inmunosupresores:
- Como metotrexato o azatioprina, en casos más graves o cuando los corticoides no son suficientes.
- Tratamiento de síntomas:
- Oxígeno, broncodilatadores o fisioterapia respiratoria en casos con compromiso pulmonar avanzado.
- Control multidisciplinario:
- Si hay afectación ocular, neurológica o cardíaca, se requiere intervención de otros especialistas.
¿Cuándo ir al médico?
Debes acudir al médico si:
- Presentas tos persistente de más de 4 semanas sin una causa clara.
- Tienes dificultad para respirar o dolor en el pecho recurrente.
- Hay fiebre baja constante, pérdida de peso o fatiga inusual.
- Se detectó una mancha en la radiografía de tórax y te han recomendado seguimiento.
- Ya estás diagnosticado y los síntomas empeoran o aparecen nuevos signos, como dolor articular, visión borrosa o manchas en la piel.
Un neumólogo es el especialista adecuado para el diagnóstico y manejo de la sarcoidosis pulmonar.