
La pericarditis constrictiva es una afección en la que el pericardio —la capa delgada que rodea al corazón— se engrosa, cicatriza y se endurece, perdiendo su elasticidad. Como resultado, el corazón no puede expandirse con normalidad al llenarse de sangre, lo que disminuye el flujo sanguíneo al resto del cuerpo y provoca síntomas similares a la insuficiencia cardíaca.
A diferencia de la pericarditis aguda (que es inflamatoria y temporal), esta forma es crónica y puede requerir intervención quirúrgica si no mejora con tratamiento médico.
¿Cómo comprobar los signos y síntomas de la pericarditis constrictiva?
Los síntomas suelen aparecer lentamente y pueden confundirse con otras enfermedades del corazón. Los más comunes son:
- Hinchazón en piernas, tobillos y abdomen (retención de líquidos).
- Dificultad para respirar, especialmente al estar acostado o al hacer esfuerzo.
- Fatiga extrema y debilidad general.
- Sensación de llenura o malestar abdominal.
- Palpitaciones o sensación de latidos irregulares.
- Presión en el pecho o molestia leve y persistente.
A medida que avanza, los síntomas empeoran y afectan la calidad de vida. Por eso es importante consultar si hay signos persistentes.
Causas comunes de la pericarditis constrictiva
Las causas más frecuentes de la pericarditis constrictiva incluyen:
- Infecciones virales o bacterianas mal tratadas.
- Pericarditis aguda no resuelta.
- Cirugías cardíacas previas.
- Radioterapia en el pecho, usada en algunos tratamientos oncológicos.
- Tuberculosis, en países donde aún es frecuente.
- Trastornos autoinmunes, como lupus o artritis reumatoide.
- En algunos casos, la causa es desconocida (idiopática).
Estas situaciones provocan daño al pericardio, que se cicatriza y endurece con el tiempo.
Que hacer y que no hacer para aliviar los síntomas
Cosas que SÍ debes hacer:
- Consultar al cardiólogo ante signos persistentes como hinchazón o falta de aire.
- Seguir una dieta baja en sal, para reducir la retención de líquidos.
- Tomar los medicamentos prescritos, como diuréticos y antiinflamatorios.
- Controlar el peso diariamente, para detectar aumentos por acumulación de líquidos.
- Descansar adecuadamente, evitando esfuerzos innecesarios.
Cosas que NO debes hacer:
- No ignorar síntomas como hinchazón o dificultad para respirar.
- No suspender los medicamentos sin indicación médica.
- Evitar el consumo de alcohol y comidas muy saladas.
- No automedicarse, especialmente con antiinflamatorios sin supervisión.
Estas medidas ayudan a controlar los síntomas y evitar complicaciones mayores.
Posible tratamiento para la pericarditis constrictiva
El tratamiento depende de la gravedad del caso y la causa subyacente. Las opciones más comunes son:
- Tratamiento médico:
- Diuréticos, para eliminar el exceso de líquidos.
- Antiinflamatorios, si hay signos de inflamación activa.
- Tratamiento de la causa, como antibióticos en infecciones o inmunosupresores en enfermedades autoinmunes.
- Tratamiento quirúrgico:
- Pericardiectomía, que consiste en remover el pericardio endurecido.
- Es el único tratamiento curativo en casos graves o cuando los síntomas no mejoran con medicamentos.
La decisión debe ser tomada por un equipo especializado, generalmente cardiólogos y cirujanos cardiovasculares.
¿Cuándo ir al médico?
Debes acudir al médico si:
- Presentas hinchazón persistente en piernas, abdomen o cara.
- Tienes dificultad para respirar al acostarte o al hacer actividades normales.
- Sientes fatiga excesiva, debilidad o palpitaciones constantes.
- Fuiste diagnosticado con pericarditis y los síntomas no mejoran o empeoran.
- Has tenido cirugía cardíaca, tuberculosis o tratamiento con radioterapia en el tórax y desarrollas estos síntomas.
El diagnóstico se realiza mediante estudios como ecocardiograma, tomografía o resonancia cardíaca, y es clave para evitar complicaciones como insuficiencia cardíaca avanzada.