
1. Descripción general
Los problemas de movilidad son muy comunes en personas mayores y suelen manifestarse como dificultad para caminar, levantarse, mantener el equilibrio o realizar actividades cotidianas. Esto puede llevar a una mayor dependencia, riesgo de caídas e incluso inmovilidad total.
Las causas son múltiples y con frecuencia se combinan entre sí:
- Pérdida de masa muscular (sarcopenia)
- Problemas articulares (artrosis, dolor crónico)
- Enfermedades neurológicas (Parkinson, ictus, demencia)
- Mareos, alteraciones visuales o auditivas
- Medicamentos que provocan somnolencia o desorientación
- Depresión, miedo a caer o aislamiento social
Una caída puede ser un evento desencadenante importante, y en algunos casos no deja lesiones físicas graves, pero marca el inicio del deterioro funcional si no se actúa a tiempo.
2. Tratamiento
El objetivo principal es prevenir nuevas caídas, mantener la movilidad y la autonomía tanto como sea posible. Algunas medidas útiles son:
- Ejercicio físico adaptado, guiado por fisioterapia: caminar, fortalecer piernas y mantener el equilibrio.
- Evaluación y ajuste de medicamentos que puedan afectar el estado mental, la tensión o el equilibrio.
- Uso de bastón, andador o ayudas técnicas si están indicados.
- Corrección de la visión y audición: usar gafas o audífonos si son necesarios.
- Alimentación adecuada: rica en proteínas, calcio y vitamina D para evitar pérdida muscular y ósea.
- Tratamiento del dolor si hay artrosis u otras causas que limiten el movimiento.
Apoyo psicológico si hay miedo a caer o síntomas depresivos.
3. Investigaciones adicionales
Cuando hay una caída o pérdida de movilidad, es importante investigar si hay una causa médica tratable. Las pruebas más habituales incluyen:
- Análisis de sangre: para detectar anemia, infecciones, deshidratación o desequilibrios de sal y azúcar.
- Electrocardiograma (ECG) y tensión arterial: para descartar arritmias o hipotensión ortostática.
- Radiografías o ecografía musculoesquelética: si se sospecha una fractura o lesión tras la caída.
- Tomografía (TC) o resonancia (RM): si hubo traumatismo craneal, sospecha de ictus o debilidad repentina.
Valoración funcional y geriátrica completa: para identificar factores físicos, emocionales y sociales que contribuyen a la inmovilidad.
4. Ecografía
Se puede usar para:
- Detectar lesiones musculares, hematomas o roturas tras una caída.
- Valorar el estado de articulaciones o tendones.
- Ayudar a descartar causas urinarias o abdominales de dolor que limiten el movimiento.
Es segura, rápida y sin radiación.
5. Tomografía computarizada (TC)
Indispensable si la persona ha sufrido una caída con golpe en la cabeza, presenta confusión, desmayo o pérdida de fuerza. Ayuda a descartar:
- Hemorragias cerebrales
- Fracturas óseas
Lesiones internas abdominales o pélvicas
6. Resonancia magnética (RM)
Más útil en casos complejos, especialmente si se sospecha:
- Ictus reciente o pequeños infartos cerebrales
- Compresión medular o problemas neurológicos progresivos
- Lesiones articulares o musculares no visibles en otras pruebas
Es más detallada, pero tarda más tiempo y requiere que el paciente esté quieto.
Cuándo buscar asesoramiento urgente
Acude a urgencias si una persona mayor presenta:
- Caída con golpe en la cabeza o pérdida de conciencia
- Dolor intenso o incapacidad para moverse tras la caída
- Debilidad repentina en una pierna o brazo
- Desorientación, somnolencia o confusión nuevas
- Fiebre, vómitos o signos de infección junto con inmovilidad
- Pérdida del control de orina o heces asociada a debilidad
Sospecha de fractura, luxación o hemorragia interna
Cláusula de responsabilidad
Esta información es orientativa y no sustituye la valoración médica. Si tú o un familiar mayor presenta caídas frecuentes o pérdida de movilidad, consulta con el equipo de salud para una evaluación completa y a tiempo. Prevenir la inmovilidad evita complicaciones graves y mejora la calidad de vida.
