El cuidado del cordón umbilical es una de las tareas más importantes en los primeros días de vida de un bebé. Este pequeño resto que queda tras el nacimiento conecta al recién nacido con su madre durante el embarazo, pero una vez cortado, necesita atención especial para evitar infecciones y asegurar su cicatrización adecuada. En este artículo, te explicaremos de manera sencilla y clara cómo cuidar el cordón umbilical, las precauciones que debes tener y cómo reconocer señales de alarma.
¿Por qué es importante cuidar el cordón umbilical?
El cordón umbilical es un conducto que conecta al bebé con la placenta, permitiendo el intercambio de nutrientes y oxígeno durante el embarazo. Tras el nacimiento, este se corta dejando un pequeño resto adherido al ombligo del bebé, el cual suele desprenderse de manera natural entre los 7 y 10 días de vida. Durante este tiempo, es fundamental mantenerlo limpio y seco para prevenir infecciones que podrían poner en riesgo la salud del recién nacido.
Cuidados básicos para el cordón umbilical
- Mantener el cordón limpio:
- Lávalo con agua tibia y jabón suave si está sucio, asegurándote de enjuagar bien y secar cuidadosamente con una toalla limpia.
- Algunos pediatras recomiendan limpiar la base del cordón con alcohol al 70%, mientras que otros sugieren dejarlo secar de forma natural. Consulta con tu médico para saber qué es mejor para tu bebé.
- Mantenerlo seco:
- Evita cubrir el cordón con el pañal doblándolo hacia abajo para permitir que el aire circule.
- Asegúrate de secarlo bien después del baño. Usa movimientos suaves para evitar irritar la zona.
- No usar productos adicionales:
- Evita aplicar polvos, cremas o remedios caseros sobre el cordón.
- Baños seguros:
- Durante los primeros días, puedes optar por baños de esponja hasta que el cordón se desprenda.
Señales de alarma
Es importante estar atento a cualquier cambio inusual en el cordón umbilical, ya que podría indicar una infección (onfalitis) u otra complicación. Consulta al médico si notas:
- Enrojecimiento o hinchazón alrededor del cordón.
- Mal olor o secreción amarillenta.
- Sangrado persistente.
- Fiebre o irritabilidad en el bebé.
La detección temprana de una infección puede evitar complicaciones graves, como infecciones sistémicas.
Beneficios de un buen cuidado del cordón
- Prevención de infecciones: Mantener el cordón limpio y seco minimiza el riesgo de que bacterias ingresen al cuerpo del recién nacido.
- Cicatrización rápida y natural: Un cordón bien cuidado se seca y desprende más rápidamente, facilitando la formación de un ombligo saludable.
- Tranquilidad para los padres: Conocer las técnicas correctas de cuidado brinda confianza y reduce preocupaciones.
Consejos adicionales
- Lava tus manos antes y después de manipular el cordón umbilical.
- No intentes tirar del cordón, incluso si parece estar a punto de desprenderse.
- Asegúrate de que la ropa del bebé esté limpia y sea cómoda para evitar fricciones innecesarias.